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Mandalas, un potente recurso para educación especial

Hace unos meses, la periodista, Ana López nos realizaba una entrevista para el periódico escuela, sobre los beneficios de las mandalas en educación.

Periódico Escuela, nº 4120, Nº 4120, 2 de feb. de 2017, Editar Wolters Kluwer

Podéis leerlo a continuación.Gracias, de nuevo, a Ana y al periódico escuela por difundir el trabajo que realizamos los maestros y alumnos en el CEE Ntra Sra de Lourdes (A Coruña):

La milenaria técnica de los mandalas, usados desde antiguo en imágenes y meditaciones budistas, se ha convertido en los últimos años en un potente recurso educativo que cada vez más profesores utilizan para trabajar diferentes competencias con sus alumnos. Una de estas docentes es Raquel Quintela, del Colegio de Educación Especial Nuestra Señora de Lourdes, de A Coruña, quien ha decidido probar esta técnica en su aula, con alumnos con diferentes grados de discapacidad intelectual.

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«Sabía que en algunos colegios ordinarios se estaban consiguiendo grandes resultados y decidí probarlo y ver si funcionaba también con mis estudiantes», explica Raquel Quintela. Esta profesora del Colegio de Educación Especial Nuestra Señora de Lourdes de A Coruña tiene en su grupo a alumnos de entre 13 y 16 años con distintos niveles curriculares y con problemas de atención o comunicación. «Empecé usándola como una técnica de relajación a primera hora de la tarde, cuando llegaban de patio después de comer –explica-. A esa hora llegan muy excitados y con los mandalas, acompañados de una música relajante, conseguía que se relajaran y se centraran en lo que estaban haciendo». Pero poco a poco, además de la relajación, la pintura de mandalas empezó a mostrar otros muchos beneficios entre sus estudiantes. «Es un estupendo recurso para trabajar la atención y la concentración –afirma-. Algunos alumnos que tenían grandes dificultades en esta área, han avanzado mucho en muy poco tiempo y ahora pueden llegar a estar casi una hora concentrados. Incluso algunos chicos que no eran capaces de estar cinco minutos sentados en una silla, con los mandalas se sientan».

«Algunos alumnos que tenían grandes dificultades de atención y concentración, han avanzado mucho en muy poco tiempo y ahora pueden llegar a estar casi una hora concentrados»

También sirven para el trabajo emocional o como vía de comunicación. «Por ejemplo, por el nivel de presión con el que pintan puedes saber que les está pasando algo y puedes aprovechar para hablar con ellos e intentar ayudarles». Esto, según explica, es algo muy relevante con niños y niñas que tienen importantes dificultades para comunicarse o para reconocer y gestionar los sentimientos, que es una de las prioridades en el trabajo de aula de Raquel Quintela de este año. «Las virtudes terapéuticas de los mandalas permiten recobrar el equilibrio, conocerse mejor a uno mismo, así como conseguir sosiego o calma internos. Según el estado de ánimo, hay varias técnicas para pintar los mandalas –explica-. Si se necesita ayuda para exteriorizar las emociones, se colorea de adentro hacia afuera; si se desea buscar el propio centro, se pintará de afuera hacia adentro» Competencias y trabajo en equipo Los mandalas también sirven para desarrollar el pensamiento dimensional o geométrico y trabajar las competencias. «Son muy efectivas para el área de las matemáticas –cuenta Raquel-. Al tener distintas formas geométricas que se repiten, pueden contar los círculos que encuentran, los triángulos…». Igualmente, con su uso han trabajado los colores, las letras o las estaciones. «Hay una gran variedad de mandalas, con diferentes representaciones de figuras y de elementos de la naturaleza y la vida cotidiana, así que nosotros empezamos utilizando las que tenían la inicial del nombre de cada uno de mis alumnos, para que fuera más significativa para ellos –explica-. También hemos trabajado otras con animales, con números… e incluso hemos diseñado mandalas propios para abordar temáticas concretas». Entre las mandalas diseñadas específicamente por el equipo del Colegio de Educación Especial Nuestra Señora del Rosario de A Coruña están algunas colaborativas. «Son mandalas en las que participan todos los alumnos –cuenta-. En concreto, nosotros hemos creado figuras en las que se repiten los mismos elementos un número determinado de veces y cada alumno tienen que pintar una parte». Todo el proceso con estos mandalas colaborativas es especial. Son mucho mas grandes y se pintan en el suelo. «Retiramos las mesas y los chicos se sientan como quieren: sobre una alfombra, sobre un cojín, recostados… como ellos quieran». Esto les permite trabajar áreas como la atención, la espera de turno o el trabajo de equipo, así como colaborar con otras estudiantes y profesores del centro. «En algunas ocasiones hemos invitado a alumnos de otras aulas a pintar con nosotros, así como a profesores, a la profesora de educación física  y nuestra compañera María (coopera) del centro … – relata Raquel-. Para mis alumnos es muy importante ver que otras personas le dan valor a lo que están haciendo y que quieran hacer cosas con ellos».

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En los próximos meses, esta docente de educación especial, pretende ir un paso más allá con el uso de los mandalas y hacer algunos con materiales reciclados, alimentos o cosas de la naturaleza. «La idea es diseñar mandalas con un tamaño lo suficientemente grande y con unas formas apropiadas para que, en lugar de pintar, los estudiantes lo rellenen con tapones de plástico, diferentes productos alimenticios –como lentejas o garbanzos-, piedras… y así trabajar también otro tipo de contenidos». Lo que para Raquel está claro es que «hay que probar nuevas técnicas y abrirse al uso de nuevos recursos». Y también considera muy importante que el trabajo en el aula se divulgue para que otros compañeros puedan saber lo que se está haciendo, si está funcionando y que puedan usarlo: «Los profesores no se animan a usar nuevas metodologías por miedo o desconocimiento, pero si ven que otro docente lo ha usado y le ha servido, tendrán menos reticencias. Además, hay que poner en práctica todo y probar nuevos métodos, siempre estarás a tiempo de dejar de usarlos si no funcionan», concluye.

Ana López (www.periodicoescuela.es)

 

Una escuela de Canadá usa bici-pupitres en niños con déficit de atención

El colegio canadiense Des Cèdres en Laval (Quebec), ha encontrado una manera de solucionar o al menos compaginar, el déficit de atención de algunos de sus alumnos, con el uso una bici-pupitre.
Se trata de la típica mesa que se puede encontrar cualquiera en clase, pero dotado de pedales para que los críos más inquietos agoten sus energías y su hiperactividad.

«Uno de los mayores problemas de los colegios son los niños hiperactivos. Son estudiantes que siempre necesitan estar en movimiento, así que se me ocurrió que con este invento podrían hacer como si estuvieran en una bicicleta y a la vez, atender al profesor y no molestar al resto de la clase», ha explicado Mario Leroux, profesor de primaria de la escuela, al periódico canadiense ‘Le Journal de Montréal.

Sin embargo, la iniciativa no ha salido nada barata para la escuela, la cual ha tenido que recibir una donación para poder hacer frente a los casi 900 euros que cuesta cada pupitre. Hasta la fecha, son cuatro las mesas con pedales que utiliza este pequeño colegio canadiense en alumnos de entre 5 y 8 años de edad.

«Los niños se suben a pupitre y pedalean 15 minutos sin parar. Después parecen mucho más relajados. Creo que atienden mejor y no perturban la dinámica de la clase, expresan algunos docentes del resto.

Por su parte, los expertos coinciden en alabar las bondades de la bici-mesa. La doctora Annick Vincent, pediatra especializada en trastorno por déficit de atención, explica que esta habilidad cognitiva «mejora sustancialmente cuando están realizando o han realizado una actividad motora importanteNinguna pastilla cura el déficit de atención, solo controla los síntomas. Y si hacer ejercicio también consigue lo mismo, no veo por qué no podría llegar a ser otra forma de terapia válida».

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