BENEFICIOS DE TEJER CON DOS AGUJAS EN LA INFANCIA:
Los niños mantienen las agujas en ambas manos, asignando a cada mano su respectiva actividad, estableciendo así de inmediato la lateralidad, así como también el control del ojo sobre la mano, logrando desde el principio un grado de control sobre su voluntad.
La mano derecha debe introducir una aguja en el lazo de hilo que está en la aguja izquierda, logrando en el proceso atar un nudo. Sólo un constante control de la mano puede lograr tal hazaña, por lo que el poder de concentración se transforma en el despertar, de hecho, no existe otra actividad realizada por los niños de siete u ocho años de edad que puedan evocar este nivel de atención.
Mediante el uso de diferentes colores y diferentes cantidades de filas el maestro fomenta a través del tejido la atención de los números y la flexibilidad en el pensamiento. Como los niños aprenden más de aritmética, los profesores pueden elaborar modelos que requieren dos filas de azul, seguido de cuatro hileras de amarillo seguido de seis hileras de azul, etc. De esta manera se refuerzan las habilidades numéricas, pero de forma agradable.
Toda esta formación ayuda a la concentración, logrando fortalecer “la voluntad de enseñar a pensar”. Y esta habilidad es la que permitirá a los niños lograr la capacidad de resolución de problemas
en años posteriores (Documento extraído de las Escuelas Waldorf)
La neurociencia explica porqué las manualidades son excelentes para el cerebro:
El estudio de Corkhill concluyó que:
“Tejer tiene beneficios psicológicos y sociales, que pueden contribuir al bienestar y calidad de vida.”
Curiosamente, el estudio también encontró que las personas tejiendo en grupo, eran incluso más felices que los tejedores en solitario.
“Las habilidades y sentimientos experimentados mientras se teje y borda, también se pueden utilizar para facilitar el aprendizaje de las técnicas, como la meditación, la relajación y el ritmo que se enseña comúnmente en los cursos de manejo del dolor, o en el tratamiento de la depresión.”
Incluso Albert Einstein tenía fama de haber tejido entre sus múltiples proyectos para “calmar su mente y aclarar su pensamiento.”